Arrancamos un nuevo año, un año lleno de nuevas oportunidades, de nuevos propósitos y nuevos retos, de nuevas ganas de comenzar proyectos que nos ayuden a sentirnos realizados profesional y personalmente.

Como todo, los cambios pueden dar miedo de primeras, pueden surgir dudas de si estos proyectos tendrán éxito o, por el contrario, fracasarán. Pero, como dijo Bill Cosby una vez “para lograr tener éxito, tu deseo de éxito debe ser mayor que tu miedo al fracaso”. Y qué cierto, ¿no?

propositos empresaNuestros propósitos a principios de año a menudo se quedan en sólo eso, propósitos, metas inconclusas de ilusiones que finalmente no llegan a salir a la luz. Pero ¿y si este año no es así? Tal vez ese propósito sea un nuevo objetivo, una nueva ruta para encauzar nuestra trayectoria profesional y destinar todo nuestro tiempo y esfuerzo a un nuevo fin, el nuestro.

En la situación económica actual, y debido a la falta de trabajo existente en el mercado, son muchos los que han decidido poner en práctica sus ideas de negocio y apostar por ellas a tiempo completo. Siempre se dice que aproximadamente el 30% de negocios cierran antes del primer año, pero eso significa que un 70% sí que sobrepasa esa primera barrera inicial.

Animarnos a emprender significa afrontar muchos nuevos retos, desde luego. La incertidumbre inicial es una realidad, pero con el apoyo de buenos profesionales y una visión estratégica del negocio, las probabilidades de unos resultados positivos incrementan notablemente.

Hay varios puntos que no se suelen tener en cuenta. Cosas tan básicas como la domiciliación de nuestra empresa son claves para una buena imagen de cara a potenciales clientes. Es muy común comenzar dando la dirección de nuestra vivienda cuando arrancamos una nueva empresa. Pero, al ser la imagen que vendemos al cliente, hemos de buscar un domicilio representativo y profesional y, por qué no, domiciliarla en algún posible centro de negocios, cuyos precios suelen ser bastante asequibles.

Otro factor a tener en cuenta es nuestra página web, la cual ha de tener un diseño acorde a la imagen que queremos presentar. Es muy común también que, en los inicios, no se quiera invertir en este tipo de cosas. Pero nuestro propósito también es pasar la primera barrera del año con éxito, ¿verdad?

Y el tercer factor con el que no solemos contar al principio: El despacho. Nuestra oficina es también un reflejo de la imagen que queremos dar, nuestra esencia como empresa. Ya sea un espacio para la venta de productos, posibles reuniones, procesos de selección de personal, o un nuevo despacho de abogados.

De modo que, teniendo en mente estos puntos que hemos comentado, animémonos a emprender y comencemos este 2018 luchando por ese propósito en el que llevamos tiempo pensando.